Cada productor de áridos o minerales que procesa roca, piedra chancada, arena, carbón, piedra caliza, oro, etc. genera residuos. Los residuos son la roca del suelo y los sobrantes de agua de lavado de proceso inevitables e indeseables procedentes de la planta de procesamiento después de que se haya separado el material deseado. Pueden estar compuestos por una combinación de químicos utilizados para extraer la roca valiosa, así como el agua de proceso, los metales, los minerales y/u otros elementos orgánicos generados por la producción, según la mena que se extrajo de la mina.
Debido a que los residuos no tienen ningún beneficio financiero para el productor, generalmente se los almacena de la forma más rentable posible. Existen varias formas de almacenar los residuos luego del proceso de producción, pero el método más común es bombear los residuos de pulpa a una piscina de decantación en superficie o a un lagunaje.
Las piscinas de decantación son cuerpos de agua grandes, fabricados por el hombre y relativamente calmos que se utilizan para almacenar los residuos. Permiten que los sólidos suspendidos de la pulpa se separen del líquido. Con el paso del tiempo, los sólidos suspendidos se decantan hacia el fondo de la piscina y se acumulan allí, lo que permite que el agua en la parte superior quede relativamente libre de contaminantes a fin de que se la pueda bombear nuevamente hacia la planta de procesamiento para su reutilización. Sin embargo, la acumulación de los sólidos suspendidos reduce la efectividad y la capacidad de almacenamiento de las piscinas de decantación, y es necesario dragarlas periódicamente para aumentar el volumen de residuos que pueden almacenar. Los productores también tienen que supervisar los niveles de agua de la piscina de decantación, realizar el mantenimiento de las tuberías y sistemas de recuperación de agua, eliminar el agua en exceso y cumplir con las regulaciones ambientales.
A pesar de que las piscinas de decantación reducen los peligros que implica el transporte de los materiales peligrosos por el aire, suponen riesgos potenciales en sí mismas. Si no se los gestiona de forma correcta, los residuos pueden tener un efecto negativo en el medioambiente, como la contaminación de las fuentes de agua potable de los animales silvestres y la liberación de toxinas perjudiciales al aire. Además, una falla de la represa también es una posibilidad, lo que provoca inundaciones que pueden destruir el entorno circundante, arrasar con hogares y provocar muertes. Debido a los potenciales peligros que las piscinas de decantación suponen para la salud y la seguridad humana, el medioambiente y la infraestructura, se han puesto en vigencia leyes, regulaciones y estándares ambientales que rigen el almacenamiento de los residuos de las minas y que ayudan a proteger los entornos naturales de las minas. Por lo tanto, la gestión de los residuos es de suma importancia para cualquier productor que procese áridos o minerales.
Al considerar la mejor forma de gestionar sus residuos, los productores deben mirar hacia el futuro y considerar la visión de una solución a largo plazo. Debido a limitaciones de espacio y/o permisos, no siempre es posible simplemente excavar otra piscina de decantación para almacenar los residuos, y una nueva piscina de decantación podría tapar las reservas a las que necesitaría poder acceder en el futuro. Dedicar tiempo a crear un plan de gestión de residuos puede otorgar a los productores la capacidad de reutilizar el agua de proceso, brindarles un mejor acceso a sus recursos, generar una mayor recuperación de material y aumentar el retorno de la inversión.