Este proceso comienza con la visita in situ por parte del equipo de ingenieros de procesos de McLanahan para realizar una auditoría de la planta, examinar las necesidades de su aplicación y conocer el funcionamiento. Este equipo examinará las corrientes de flujo, recolectará y analizará muestras, y determinará la velocidad de flujo, los galones por minuto, las toneladas por hora, el contenido de sólidos, etc., así como determinará si se está perdiendo algún material valioso. En aquellos casos en los que sea necesario, McLanahan puede utilizar las versiones de escala de laboratorio in situ para realizar pruebas incluso más exhaustivas.
Con la información recopilada a partir de esta auditoría, McLanahan puede proporcionarle un informe completo de equilibrio de masas que compara la eficiencia supuesta de los equipos con la eficiencia real, según lo recopilado a través de la auditoría. Este informe detallará exactamente en dónde está quedando rezagada su planta, además de incluir las mejoras que puede realizar en su planta para lograr el producto y rendimiento deseados.
Estas mejoras pueden ser tan sencillas como refinar la rutina de mantenimiento para aprovechar al máximo sus equipos, incorporar equipos complementarios a la planta o cambiar por completo la tecnología. Independientemente de la mejora que se recomiende, McLanahan ofrecerá una solución que maximizará la cantidad de producto rentable que obtiene y minimizará la cantidad que se desecha.