La cojera en las vacas lecheras es un movimiento anómalo que suele ser consecuencia del dolor. Prácticamente todos los casos de cojera en las vacas lecheras pueden atribuirse a lesiones en las patas traseras cuyas causas son las siguientes:
- Dermatitis digital: una infección de la piel entre las pezuñas.
- Úlceras plantares: lesiones causadas por la presión que comprometen el crecimiento del callo plantar y que suelen afectar las pezuñas exteriores de las patas traseras.
- Enfermedad de la línea blanca: lesiones (incluidas hemorragias, desprendimientos y abscesos) que se presentan en la región de la línea blanca de las pezuñas.
Estas lesiones pueden ser agudas o graves y pueden deberse a diversos factores, desde la alimentación y la higiene del establo hasta la gestión general del rebaño.
La cojera no solo afecta a la vaca, sino que también puede afectar negativamente a la lechería en términos de producción de leche, reproducción e índices de sacrificio. Todo esto puede equivaler a importantes pérdidas económicas para la lechería, ya sea por la leche desechada, el costo del tratamiento o la retirada anticipada de una vaca del rebaño en los casos más graves.
La prevención de la cojera es fundamental para tener vacas sanas y, a su vez, una lechería rentable. A continuación, ofrecemos algunos consejos para prevenir la cojera, elaborados por el programa para lecherías Dairyland Initiative (Iniciativa láctea) de la Universidad de Wisconsin-Madison, dirigido por el Dr. Nigel Cook, catedrático de Medicina de Animales de Producción y director del Departamento de Ciencias Médicas de la Facultad de Veterinaria de dicha universidad.
1. Forme un equipo de prevención de la cojera
Su equipo de prevención de la cojera debe estar formado por varios especialistas, entre ellos, el veterinario, un nutricionista y un recortador de pezuñas. También debe incluir a miembros del personal cotidiano que trabajen en estrecho contacto con las vacas y que estén capacitados para detectar signos de cojera en las zonas de observación designadas.
Estos observadores deben prestar especial atención a las patas de las vacas mientras pasan caminando, así como a cualquier cambio de marcha o de postura. ¿La vaca cabecea cuando camina? ¿Arquea el lomo? ¿El paso de la vaca es más corto de lo habitual o sus movimientos son bruscos o rígidos? ¿Parece usar una pata más que otra? Todos estos son signos de que una vaca puede tener cojera y necesitar tratamiento.
En el módulo sobre la cojera Lifestep del programa Dairyland Initiative, recomiendan utilizar una escala de 3 puntos para identificar el grado de cojera de cada vaca y determinar la prevalencia de la cojera en el rebaño.
2. Garantice el confort de las vacas para que disfruten de períodos de descanso ideales
Una de las mejores formas de prevenir la cojera en las vacas lecheras es priorizar la comodidad de las vacas a la hora de tomar decisiones.
Idealmente, las vacas deben pasar un promedio de entre 11,5 y 12,5 horas tumbadas por día para que su salud y la producción de leche sean óptimas.
Evitar que las vacas descansen sobre superficies duras de hormigón reduce el riesgo de úlceras plantares, enfermedad de la línea blanca y otras lesiones de las patas que pueden ser perjudiciales para la salud de los animales.
El diseño de los establos libres y del establo colectivo, la reducción del calor, el tiempo que las vacas pasan fuera del corral y la densidad del ganado son factores que pueden afectar la salud del rebaño.
Diseño de los establos libres
Los establos libres deben tener el tamaño adecuado para la vaca y estar rellenos de material de cama limpio, seco y suelto. La arena es ideal y suele ser la opción preferida porque es un material inorgánico que no favorece la proliferación bacteriana. Además, la arena:
- Es refrescante y cómoda para las vacas.
- Drena la orina y la leche goteada para mantener a las vacas más limpias y secas.
- Proporciona tracción que evita lesiones cuando las vacas se mueven para levantarse o echarse.
- Es abrasiva para limpiar entre las pezuñas de las patas.
La cama de los establos libres debe rellenarse regularmente con material fresco para mantener la profundidad. Además, los establos libres deben asearse entre relleno y relleno para reducir la compactación, que hace que el lugar de descanso sea duro e incómodo y reduce la capacidad de drenaje de la cama. El aseo o el rastrillado de los establos libres entre rellenos permite que el material de la cama se mantenga suelto para mejorar el confort de las vacas.
Diseño del establo colectivo
Junto con el diseño de los establos libres y la elección del material de la cama, el diseño del establo colectivo es fundamental para la comodidad de las vacas. Elija un suelo que no sea traumático y que no haga que las vacas se resbalen o tropiecen. Tenga en cuenta cómo se manejarán las vacas cuando las traslade del establo al corral de ordeño e intente limitar la cantidad de arranques, paradas y giros bruscos que las vacas tendrán que hacer durante el trayecto.
Reducción del calor
A la hora de diseñar los establos libres, también tenga en cuenta el clima y el efecto que los meses más calurosos del verano tendrán en la comodidad de las vacas. La cojera tiende a aumentar hacia el final del verano, ya que las vacas que están estresadas por el calor pasan más tiempo de pie. Formule una estrategia de reducción del calor que incluya cambios de aire o nebulización del aire para mantener los establos frescos a fin de prevenir el estrés por calor e inducir a las vacas a tumbarse.
Tiempo fuera del corral
Dado que el objetivo es que las vacas descansen y no se levanten, el tiempo fuera del corral debe limitarse a entre 3 y 3,5 horas o menos al día y no más de una hora cada vez para el ordeño. El tiempo de encierro destinado a los exámenes o a la reproducción también debe limitarse a menos de dos horas. Además, sería ideal que coincidiera con la entrega de alimento para reducir el tiempo fuera de los establos. Las vacas en tratamiento por cojera deben pasar aún menos tiempo de pie.
Densidad del ganado
El tiempo de descanso se ve afectado cuando el número de vacas supera el número de camas. Para asegurarse de que las vacas descansen lo suficiente, disponga de un establo para cada vaca.
Cuando se trata de prevenir la cojera, la comodidad de las vacas es fundamental. Garantizar que las vacas tengan un lugar de descanso fresco y cómodo las induce a permanecer tumbadas y descansar durante más tiempo. Seguir las prácticas recomendadas para el diseño del establo colectivo, el tiempo fuera del corral y la densidad del ganado también mejora el tiempo de descanso. Por último, vigile la salud de las vacas observando sistemáticamente sus movimientos y prestando atención a los signos de cojera. Todos estos factores contribuyen a que las vacas estén contentas y sanas, lo que, a su vez, asegura la rentabilidad de la lechería.