En 2006, se formó Armstrong Energy, y mediante su subsidiaria de propiedad absoluta, Armstrong Coal, ha crecido hasta convertirse en un productor líder de carbón térmico en la región de la cuenca de Illinois cerca de la ciudad de Centertown, en el oeste de Kentucky.
En 2007, Armstrong inició los preparativos y comenzó a comprar equipos para facilitar sus operaciones previstas en los condados de Muhlenberg y Ohio en el oeste de Kentucky. Actualmente, Armstrong Coal controla más de 300 millones de toneladas de reservas de carbón probadas y probables en el oeste de Kentucky y produce aproximadamente 9,5 millones de toneladas de carbón al año a partir de tres minas a cielo abierto y tres minas subterráneas.
Desafío
Durante la reactivación de las minas, los directivos de Armstrong necesitaban gran cantidad de equipos, entre ellos un sistema eficiente que fuera capaz de clasificar el carbón por tamaño según sus especificaciones. Para una de las minas, necesitaban que el tamaño del carbón fuera de 2” (5 cm) y para dos emplazamientos cercanos, necesitaban un tamaño de 2,5” (6,3 cm).
“Necesitábamos un sistema que clasificara el carbón por tamaño de manera uniforme, según las especificaciones, y separara el carbón de calidad de la roca y otros materiales inservibles”, cuenta Sonnie Baird, director del Departamento de Preparación de Carbón de Armstrong. “Las rocas y trozos de madera que se introducen en el sistema pueden provocar tiempo de inactividad y desgaste del equipo”.
“Necesitábamos un sistema de alta eficiencia y poco mantenimiento, ya que trabajamos todo el día, todos los días”, agrega Baird.
El polvo era otra gran preocupación para la gente de Armstrong. La minería de carbón genera polvo, que puede acumularse en el suelo y dañar los equipos. Además, es peligroso para los trabajadores y está regulado por leyes ambientales.
Solución
Armstrong colaboró con McLanahan a fin de encontrar los mejores equipos para procesar las distintas vetas de carbón que se extraen en la mina.
“Estudiamos la situación de Armstrong y revisamos nuestras opciones de equipos”, comenta Scott Burns, gerente regional de ventas de McLanahan. “Por razones de eficiencia, seguridad, poco mantenimiento y mínimo tiempo de inactividad, les recomendamos nuestros quebradores rotatorios, y en Armstrong los pusieron en funcionamiento en 2009”.
Un quebrador rotatorio logra la reducción al levantar el material de alimentación y dejarlo caer repetidas veces contra placas de zarandeo perforadas. El levantamiento y la caída constantes chancan el carbón blando a medianamente duro, que luego pasa a través de las aberturas de la zaranda en dirección a la tolva de descarga, hasta terminar en el sistema de transporte que se encuentra debajo. Esto separa de manera eficaz el carbón valioso de otros materiales como rocas, trozos de madera provenientes de la mina o fragmentos extraños de hierro.
Para las tres minas, en McLanahan ayudamos a Armstrong a seleccionar un quebrador de 9’ x 18’ (2,7 m x 5,5 m) que reduce carbón bruto de 12” (30 cm) a 2” (5 cm) a razón de 500 toneladas por hora; un quebrador de 11’ x 21’ (3 m x 6,4 m) que reduce carbón bruto de 8” (20 cm) a 2,5” (6 cm) a razón de 800 toneladas por hora, y un quebrador de 12’ x 27’ (3,6 m x 8 m) que reduce carbón bruto de 8” (20 cm) a 2,5” (6 cm) a razón de 1200 toneladas por hora.
Burns afirma que los equipos cumplen algunas funciones clave para Armstrong. “Un quebrador rotatorio no solo es capaz de reducir el carbón y ofrecer una alimentación rápida y rentable, sino que también separa todos los materiales indeseables del carbón, como rocas o trozos de madera provenientes de la mina, que podrían provocar grandes daños más adelante, cuando se procesa el carbón en la planta de preparación”.
Además, Burns observa que otros chancadores simplemente reducen todo el material de alimentación y lo pasan a la planta de preparación, donde la separación es más difícil y también puede aumentar el desgaste de los equipos de la planta.
Resultados
Los directivos de Armstrong dicen estar complacidos con el rendimiento de los quebradores rotatorios de McLanahan.
“Trabajar con McLanahan ha sido una experiencia excelente”, cuenta Baird. “Los quebradores funcionan las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Clasifican el carbón por tamaño y reducen el polvo. Funcionan con mucha eficiencia”.
El cilindro del quebrador rotatorio de McLanahan está cubierto por una caja antipolvo de acero forjado dividida en compartimientos para capturar el polvo fugitivo. La caja antipolvo posee puertas para inspección que facilitan el mantenimiento. Según Baird, el accionamiento con un solo motor, la poca potencia requerida y la baja velocidad de funcionamiento son características excelentes que permiten que en Armstrong minimicen las necesidades de mantenimiento y los costos operativos.
En los muelles de carga de Armstrong, cuentan con una planta de preparación de 116 acres (47 ha) y una zona de seguridad de 90 acres (36 ha). Baird dice que con ayuda de McLanahan, la planta de preparación funciona 362 días al año, con una capacidad de rendimiento de 1200 toneladas de carbón bruto por hora y la posibilidad de mezclar hasta 5 tipos de carbón mediante un analizador nuclear. Las instalaciones de carga tienen capacidad para cargar 2500 toneladas por hora en barcazas que navegan por el río Green.
Para el equipo de Armstrong, el costo de funcionamiento del quebrador rotatorio es pequeño en comparación con los gastos globales de la operación. “Nuestro quebrador McLanahan es uno de los equipos más eficientes que tenemos en este sitio”, agrega Baird. “Necesita muy poco mantenimiento, simplemente introducimos el carbón y expulsa la roca por un extremo y el carbón por el otro. Es muy eficiente”.
Otro beneficio de los quebradores rotatorios de McLanahan es que tienen un funcionamiento más fluido y silencioso que otros quebradores. El cilindro del quebrador de McLanahan se tornea en un solo montaje sobre un torno de gran tamaño. El proceso de torneado garantiza que el cilindro sea concéntrico y se desgaste de manera uniforme, lo que reduce el mantenimiento de los rodamientos, extiende la vida útil del equipo y reduce el costo por tonelada producida.
Baird comenta que, además de los excelentes productos que ofrece McLanahan, también aprecia la atención que recibe del equipo de servicio al cliente de McLanahan.
“Trabajar con McLanahan ha sido una experiencia excelente”, cuenta Baird. “Desde los representantes de ventas hasta los técnicos, todos responden. Cuando llamamos, vienen enseguida. Realmente nos ayudaron a resolver un problema de inmediato, y no hemos tenido ningún inconveniente con ellos”.